Preparación de la piel:

El primer crea una base ideal para el maquillaje, suavizando la piel y mejorando su textura.

Alineamiento de la piel:

Ayuda a disimular las imperfecciones como los poros y las arrugas, creando una superficie más uniforme.

Durabilidad del maquillaje:

El primer ayuda a que el maquillaje dure más tiempo, evitando que se desvanezca o se corra.

Protección de la piel:

Puede actuar como una barrera protectora entre la piel y los productos de maquillaje, reduciendo el riesgo de irritación o reacción.

Control de brillos:

Algunos primers matifican la piel, controlando el exceso de brillo y creando un acabado más natural.

Mejora de la aplicación de la base:

Al suavizar la piel y reducir las imperfecciones, el primer facilita la aplicación de la base de maquillaje y ayuda a que se distribuya de manera más uniforme.

Optimizacion de la luminosidad:

Algunos primers pueden aportar luminosidad a la piel, creando un aspecto más fresco y radiante.